lunes, 25 de marzo de 2013

Conciliación



No es que me haya vuelto una feminista o sí. Si entendemos el feminismo como un movimiento social que lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. No soy una defensora acérrima de que hombres y mujeres seamos iguales, porque, evidentemente, no lo somos. Empezando por lo más evidente, nuestro físico, y terminando por lo menos, nuestra forma de pensar o ser. Pero sí defiendo que no tenemos por qué tener derechos laborales y sociales distintos por ser hombre o mujer. En ese sentido, sí soy feminista.
Compartiendo la conciliación es más fácil
Lo que hoy me lleva a abordar el tema de la conciliación laboral, familiar y personal, es un post que leí de una amiga mía periodista, blogguera, madre, esposa y trabajadora, Mar Rodríguez. Ella escribe cada miércoles una entrada en el blog Entre Biberones, que se publica en el diario digital www.cordopolis.es. Os dejo el enlace del blog también por si le queréis echar un vistazo: http://cordopolis.es/entre-biberones/. En la entrada del pasado miércoles, ella contaba que le estaba costando más de lo que pensaba conciliar su vida laboral y familiar, tras su vuelta al mercado laboral después de estar en desempleo unos dos años. Tiempo en el que ha estado desempleada, que no parada. En este tiempo, ha sido madre de dos pequeños, que ahora tienen dos años y medio y nueve meses aproximadamente. Además, de doctorarse en periodismo por la Universidad de Sevilla, y hacer otras muchas más cosas que no vienen al caso. Tras leer lo que ella había escrito acerca de la conciliación. Me puse a reflexionar ¿por qué aún la mujer siendo la responsable de cuidar a sus hijos, mayores o personas dependientes así como de atender su casa? Quizás muchos piensen que es porque hasta hace poco no nos educaban en igualdad a hombres y mujeres. No creo que sólo se trate de esto. Yo apenas colaboraba en las tareas del hogar en casa de mis padres. Recuerdo que sólo hacía mi cama, iba a comprar los sábados al supermercado, y muy de vez en cuando, sobre todo en la época estival, planchaba algo de ropa. Poco más. No me siento orgullosa por ello, pero la realidad es que cuando me independicé nadie me tiene que decir “Olga pon la lavadora” “Olga limpia” “Olga cocina u Olga plancha”. Sé que tengo que hacer esas cosas, porque no va a venir nadie a hacerlas. Con lo cual, la educación influye, pero no pienso que sea determinante. Puede ser, que las mujeres aunque en casa de nuestros padres no hiciéramos grandes cosas, sí tengamos asumido por tradición que tanto el cuidado de los hijos como las tareas domésticas son nuestra responsabilidad. En algunos casos, las mujeres no dejan hacer al hombre ninguna labor de la casa porque piensan que ellas lo hacen mejor. Craso error. Hay que dejar que cada persona haga las cosas a su manera. En mi opinión, lo importante no es cómo las haga, sino que las haga. A lo mejor, si no está acostumbrada, al principio, no las hará muy bien, pero con la práctica, las acabará haciendo perfecto. O quizás, no las haga de tu agrado, pero debemos entender que cada persona tiene su forma de realizar las cosas, y que no las hacer ni mejor ni peor que tú, simplemente las hace a su manera.
Pienso que sólo compartiendo, la conciliación es posible. Aunque, para eso es necesario que el hombre también se involucre y colabore, y escribo bien, colabore que no que ayude. Si escribo que ayude presupongo que las tareas del hogar y cuidado de los hijos es cosa de mujeres, y no lo es. Y, por supuesto, las mujeres tenemos que dejar que ellos asuman la parte de responsabilidad que les toca. La limpieza, el ir a comprar al supermercado, el poner la lavadora, tender y planchar la ropa, el cuidado de los hijos… es responsabilidad de todos los integrantes de la unidad familiar. Entre todos, todo se hace mejor.

lunes, 18 de marzo de 2013

Mujeres



El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer. Una conmemoración para algunos denostada, por considerar que las mujeres ya no necesitamos un día para reivindicar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Para otros, en cambio, es absolutamente necesaria porque aún quedan muchos pasos que dar en este camino. En cualquier caso, en este post no voy a desgranar si sigue siendo o no necesaria la celebración de este Día. Lo dejo para el siguiente.

Esta entrada la voy a dedicar a hablar de unas mujeres, que por un motivo u otro, he tenido la suerte de conocer en este mes. A todas las he conocido gracias a la celebración de este Día Internacional de la Mujer.

Con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, la directora del programa para el que trabajo, Andalucía.es, propuso que cada una de las secciones que lo componen dedicaran un reportaje a hablar de la mujer, de los avances qué hemos conseguido las mujeres a lo largo del tiempo en los distintos ámbitos de la vida tanto formativa, laboral o personal. Yo trabajo para una sección llamada #EnRed, dedicada a acercar a la población andaluza los avances tecnológicos que han tenido o tienen lugar en Andalucía, y la importancia que tienen las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación y las redes sociales en la sociedad actual. A la dirección de la productora, se le ocurrió qué nosotras podríamos hacer un reportaje sobre cómo las redes sociales, la tecnología y las nuevas formas de comunicación 2.0 han cambiado la vida de una forma u otra a las mujeres. Llamamos al reportaje “Mujeres EnRedadas”. Para ello, contactamos con cuatro féminas que cumplían con esta premisa. Ellas son Sonia Rodríguez Muriel, Responsable de Recursos Humanos de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía, Virginia León neumóloga y diseñadora de moda, Ana Herrero, psicóloga y gerente de una consultora de Recursos Humanos y María Galán médica homeópata y diseñadora de complementos de moda. Os dejo el enlace del reportaje que se emitió en Canal Sur, para no hacer interminable este post.  http://www.youtube.com/watch?v=f8HmW3q4qlw



Las otras mujeres que más que conocerlas, para mí ha sido descubrirlas en otra faceta de su vida. Descubrirlas como actrices. Son mujeres cordobesas de distintas edades que trabajan como enfermeras, dependientas, fisioterapeutas, maestras, prejubiladas, desempleadas o amas de casa. Su nexo de unión es la afición que sienten por el mundo del teatro. Amor que les llevó a apuntarse a  Teatro Laboratorio Raquel Toledo, y a hermanarse con otro grupo teatral femenino de la Escuela Municipal de Teatro de Parla (Madrid). Como fruto de este hermanamiento, las mujeres cordobesas fueron a Parla (Madrid) para representar su obra “Hermanas de Sangre, hermanas de Cárcel” en el Teatro Dulce Chacón de la localidad madrileña. Las mujeres madrileñas representaron "Mujeres". Esta iniciativa se enmarcaba dentro de las iniciativas culturales que el ayuntamiento del municipio había organizado con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género. Ahora, dentro del marco de actividades que Córdoba ha celebrado con motivo del Día Internacional de la mujer, las mujeres de Parla son las que se han desplazado a la ciudad califal  para subirse junto con las del Córdoba al escenario del Teatro Góngora. El acto tuvo lugar el pasado sábado 16 de marzo. Gracias a esta iniciativa, asistí a dos representaciones teatrales interpretadas por mujeres. Por mujeres normales y corrientes. Por mujeres que en su día a día atienden a su familia, su casa, su trabajo... Pero que aún así sacan tiempo para dedicarse a sí mismas, a su afición al teatro y para reinvidicar el papel de la mujer en la sociedad actual. Y, no lo hacen nada mal.



Integrantes de los dos colectivos teatrales de mujeres de Córdoba y parla

Momento de la representación de "Hermanas de sangre, hermanas de cárcel"
Gracias a estas dos experiencias, he conocido a mujeres que demuestran que, por mucho que algunos se empeñen en lo contrario, las mujeres tenemos un papel cada vez más importante en el modelo de sociedad que se está construyendo.